Prevención de la violencia de género

Las formas más comunes de violencia de género que afectan a los y las adolescentes son: 1. Violencia en el noviazgo Puede ser abuso físico, sexual o emocional dentro de una relación romántica. Un ejemplo particular es el control excesivo de los movimientos de la pareja, donde una de las partes del noviazgo revisa los mensajes de texto y correos electrónicos, y se pone celoso/a cuando su pareja habla o interactúa con otras personas. 2. Acoso Puede incluir abuso físico o verbal, exclusión social o virtual, a través de medios digitales.  El bullying verbal puede incluir insultos, humillación, amenazas y acoso; mientras que en el bullying físico estamos hablando de empujones, bofetadas, puñetazos, pellizcos, patadas y otras formas de violencia física pueden ocurrir en relaciones adolescentes abusivas.  3. Acoso sexual Se da a través de insinuaciones, comentarios o gestos sexuales no deseados. Puede darse dentro o fuera del entorno escolar, y el agresor puede ser de la misma comunidad (sean

 Las causas de la violencia de género Son diversas, lo que nos lleva a analizar cada una de ellas detenidamente para aclarar las características más importantes. Los factores culturales Hay muchas culturas y religiones en las que el sexismo y los rasgos patriarcales aseguran una posición preponderante de los hombres. Ello provoca que la mujer sea, prácticamente, un objeto que no hay que respetar y que no tiene ningún tipo de derecho frente al hombre. Los estereotipos Parece frecuente pensar que el hombre representa la autoridad en el hogar. Se ha creado una imagen ficticia en la que el hombre tiene un papel muy concreto. La tradición religiosa también ha incidido directamente en una forma concreta de entender la sexualidad femenina. La suma de estos aspectos, y de términos como el honor o la virtud, provoca que la mujer tenga que respetar una serie de parámetros y que el hombre parezca tener más libertad para hacer lo que le apetezca. Los factores económicos Siguiendo con la anterior l

1. Escucha y cree a las sobrevivientes Image Cuando una mujer comparte su historia de violencia, está dando el primer paso para romper el ciclo de maltrato. Debemos garantizarle el espacio seguro que necesita para hablar y ser escuchada. Conviene recordar que al tratar casos de violencia sexual, la sobriedad, la vestimenta y la sexualidad de la víctima son irrelevantes. El autor es el único responsable de la agresión y debe asumir la responsabilidad por sí solo. Protesta contra la culpabilización de la víctima y haz frente a la idea de que las mujeres deben evitar situaciones que se perciban como “peligrosas” según los estándares tradicionales. Las sobrevivientes están alzando la voz más que nunca, y todas y todos podemos hacer algo para asegurar que se les haga justicia. No digas “¿por qué no te fuiste de allí?”. Di: “Te escuchamos. Te creemos. Estamos contigo”. 2. Enseña a la próxima generación y aprende de ella El ejemplo que damos a la generación más joven determina la manera en qu